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Friday, October 5, 2012

6. Tropezando con la realidad.



La primera semana en la escuela atendí diversas reuniones con otros maestros y directivos para hacer planeación de actividades que se suponía ayudarían a los niños a aprender mejor, en realidad eran trabajos aburridos que eran buenos para los adultos, los niños no importaban Me dijeron que podría hacer preguntas sobre el programa, pero decidí ser cauteloso por que no quería ser el nuevo tonto de la escuela.

Los primeros cuatro días estuve tan ocupado llenando documentos que no tuve tiempo de mirar la lista de asistencia de mi grupo. El jueves por la noche, durante un momento de valentía, lentamente la abrí esperando que los nombres se hubieran cambiado por algo que yo pudiera leer y decir de manera fluida, pero no había cambios. Lo que mis ojos vieron fue nuevamente palabras separadas por espacios que no me decían nada y que no podría pronunciar. Solo era capaz de leer 7 nombres. 

Decidí pedir ayuda con carácter de urgente a Gaby, de ese modo probaría si era verdad esa sonrisa que me dijo que le gustaba ayudar a los maestros con problemas. Le envié un correo electrónico:

Hey, no te he olvidado!:
De hecho, planeo usarte como mi salvavidas hasta que tú te hartes de ayudarme.
Tengo un problema, espero que me puedas dar un consejo. Tengo alumnos de diversas nacionalidades, y no sé como pronunciar sus nombres y no tengo idea de cómo sea posible decir palabras que no conozco, ¿tendrás un consejo?
David

Su respuesta fue casi inmediata a pesar de que eran casi las 11 de la noche, comencé a sospechar que ser asesor educativo era un trabajo de 20 horas al día:

Hola David:
Sé que soy inolvidable, pero también comprendo que solo me buscarás cuando tengas un tropiezo, no me haré ilusiones, ja,ja,ja. (¿Es posible que Gaby pueda leer mi mente?)
No tengo mucha experiencia con idiomas, pero sé de alguien que te puede ayudar, escribe a: a-a-@...com. Ella es muy creativa y habla varios idiomas, seguro tiene una buena idea para sacarte del problema. Dile que yo te di su correo.
No esperes respuesta inmediata pero mañana a más tardar a las 10 de la mañana seguro te responde.
Gaby

No me gustó mucho la idea de tratar con alguien más, pero la situación lo ameritaba. Quería ser el mejor el primer día de clase, sabía que eventualmente iba a meter la pata, pero no quería que fuera el primer día. Así que le escribí:

Estimada …

Mi nombre es David, y Gaby me ha dado su email, espero no molestarle, tengo un problema relacionado con idiomas y Gaby ha pensado que usted me puede ayudar. Soy maestro de segundo grado y tengo alumnos extranjeros, cuyos nombres no puedo pronunciar, quisiera poder hacerlo y llamarles por su nombre. Espero que me pueda ayudar.

Su respuesta llego puntualmente a las 10 de la mañana del día siguiente:

Estimado David:

No hay razón para preocuparse, tengo dos soluciones que se complementan para resolver tu dilema cultural. El primero es Google, pues tiene una opción de traductor que le permite escuchar las palabras que escribe. Usualmente identifica automáticamente el idioma de las palabras, pero si son nombres propios, los puede confundir. Puede decirle el idioma en que está escribiendo y eso hará la tarea más fácil. Solo vaya a Google, de clic en la pestaña de Mas y luego elija traductor. Escriba la palabra y luego en el símbolo de audio de clic y podrá escuchar la palabra.

El otro consejo que complementa esta opción es que tenga a la mano tarjetas de colores, y que el primer día de clase le pida a los niños que escriban su nombre en la tarjeta que ellos hayan elegido y que se presenten, diciendo lentamente su nombre, si es necesario, pídale que lo digan más de una vez, hasta que usted y el resto del grupo lo pueda repetir. Eso ayuda a socializar al grupo y a que todos se familiaricen con los sonidos de otros idiomas. No es sencillo, pues el cerebro no los va a registrar rápidamente, así que puede pedirle que usen su tarjeta durante el tiempo que usted lo necesite. No permita que haya burlas entre los niños, explíqueles que los idiomas, no necesariamente comparten todos los sonidos, pero que eso da aún más grandeza a las distintas culturas.

Admiro a los maestros que son capaces de aprender el nombre de sus alumnos, yo nunca pude aprender más de 5 nombres.

Te deseo lo mejor en tu primer día de clases.
A

No podía creer que Google sirviera para algo más que solo buscar canciones o videos, pero cuando lo intenté, con claridad escuché los sonidos que anoté con lápiz junto a cada uno de los nombres.

Al otro día por la tarde, hice un viaje a Office Depot y compré muchas tarjetas de colores, creo que las vi tan atractivas como las fotos de  Deporte Ilustrado. Me sentí casi listo para el primer día de clase.

Esa noche le respondí agradecido a mi Gurú y a Gaby por ponerme en contacto con quien había salvado mi vida. También  escribí a mis amigos para decirles que esperaba con ansia el primer día de clase.

Con un poco de enojo sentí que lo que me habían hecho aprender en la escuela era solo una burla soez de lo que me esperaba. Por primera vez, estaba dispuesto a aprender.

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